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El perdón como sanación y fin de los sentimientos de culpa

Los seres humanos solemos experimentar a lo largo de la vida diferentes situaciones que nos llevan a aprender, caer, tomar decisiones y perdonar; aunque a veces no solemos estar preparados para unas de estas experiencias hay unas que tienden a ser más fáciles de afrontar que otras.  Es el caso del perdón, uno de los más difíciles no solo a terceros sino a sí mismo; a lo largo de la vida habrá momentos que los seres humanos hubiesen querido que se dieran distinto, una respuesta diferente, una decisión mejor, no haber faltado, no haber hecho, etc.

Y aunque el tiempo no se puede echar atrás por más que lo imploremos, la única y más sabia decisión de quien está cayendo en ese sentimiento de culpa y resentimientos es reconocer que pasó algo que ya no se puede cambiar, pero que por medio del perdón y la aceptación no solo se puede lograr seguir de manera positiva ante ese hecho, evitando así la recriminación y le culpa.

¿Cómo pasar del miedo y la culpa al perdón y estabilidad?

Existen diferentes formas para el tratamiento de las personas que viven agobiadas por los sentimientos de culpabilidad y el resentimiento. Como primer paso para superar dichos sentimientos estás en la aceptación como base para liberarnos de la culpa.

Esta primera decisión permitirá que seas más consiente de la situación actual que te aflige y así mismo tu mente comprenda que estás queriendo salir de ella. Cuando fuerzas a tu mente y sentimientos a cambiar su rumbo, se comienzan a dar los resultados, Por ejemplo, si en el pasado tomaste una mala decisión o si fuiste hiriente con otras personas, pudiste haber actuado diferente ante las circunstancias, pero no lo hiciste. En este punto es preciso que te preguntes, ¿Por qué me atormento si no puedo volver en el tiempo y corregirlo?

Es justo aquí donde viene la parte más importante de este proceso de sanación, la segunda fase que, aunque parece fácil de hecho es la que más cuesta, pedir perdón. Esta parte del proceso te permitirá librarte de los sentimientos de culpa por medio del perdón al otro, pero sobre todo el perdón a sí mismo. Puedes estar pensando cómo puedes perdonar a aquella persona que jugó con tus sentimientos y te dejó tan desecha o de esa decisión que de manera apresurada tomaste y te tendría en otro lugar de tu vida.  Sí, es normal que cuestiones si debes o no perdonar, pero volvemos al mismo circulo vicioso de recordar hacia lo negativo sin querer buscar la opción para continuar sanamente. Es difícil decir cuánta fuerza necesita una persona lastimada para perdonar en estos casos, pero vale la pena probarlo con el fin de deshacerte de la idea de que tú tienes la culpa de esto. Deberías intentarlo al menos para tratar de deshacerte de esos sentimientos dañinos que no te permiten avanzar.

El auto-perdón.

Como lo hemos dicho, pata acabar con esos sentimientos dañinos, lo primero es perdonarte a ti mismo. Repítelo en voz alta, frente a un espejo, dilo tan fuerte y tan claro que para que seas consiente de lo que estás diciendo, sí, puede parecer algo loco, pero el cerebro funciona por medio de estímulos y lo que haces al estar frente del espejo es no solo verte, sino reconocer como tu rostro cambia ante aquella afirmación.  Hazlo la veces que sea necesario, el inicio será incómodo y raro, pero repite: “Me perdono a mí mismo, porque me quiero y deseo continuar en un estado de paz y libertad”. A veces sin creerlo, nuestra propia sanación esta en nuestras manos, en dar ese primer paso a la aceptación, hacia el amor propio y hacia el perdón.

A medida que vayas avanzando y veas que sales de ese hueco negro en el que te habías puesto, entenderás que nadie es perfecto, que de hecho, la vida está llena de restos y de imperfectos y por eso mismo debemos aprender a vivir y convivir con ellos. En muchas ocasiones queremos tener el control sobre todo, pero debemos tener claro que no siempre se puede, que muchas de las situaciones de la vida no se pueden forzar, pero sí se puede buscar ser fuerte emocionalmente para que dichas circunstancias no acaben con tu paz.

Di adiós al pasado a ese pasado que te atormentaba, permítete sonreír más, sentir más y entender que nada bueno se saca de guardar sentimientos de culpa y odio, es importante dejar el pasado y vivir el presente. Finalmente, todos aquellos sucesos te han convertido en la persona que eres hoy en día.