Tomar decisiones no es una tarea sencilla para los seres humanos, siempre nos conduce a un estrés emocional que de alguna manera afecta nuestra tranquilidad y nuestra estabilidad personal, nadie sabe con certeza si tomar una decisión puede traer consecuencias positivas o negativas en la vida, pero con el paso del tiempo nos damos cuenta de que es inevitable que necesitemos tomarlas y enfrentar a las consecuencias buenas o malas que esto traiga consigo para nuestra vida.
En ocasiones nos sentimos muy racionales y creemos que la base de nuestras decisiones es la lógica que “sabemos” manejar, pero en realidad, nuestras emociones influyen de una manera muy poderosa y a veces invisible en la toma de riesgos y decisiones en nuestra vida, así muchos no lo quieran reconocer, somos seres emocionales, sentimentales y esto tiene mucho terreno y determinación en el curso de nuestra vida
¿nuestras decisiones son emocionales o racionales?
Para muchas personas dejarse llevar por las emociones o sentimientos representa un obstáculo y un conflicto en la vida, ya que creen que lo mejor es entender y manejar la vida desde la razón, pues consideran que esta no es impulsiva y no les acarreara problemas en la vida. Lo que estas personas desconocen es que las emociones son el primer proceso de selección por el que pasan nuestras decisiones.
Las emociones generan estímulos cerebrales y estos estímulos generan sensaciones en nuestro cuerpo y mente, las cuales nos hacen tener sentimientos, buenos, malos, de duda, de sorpresa, intriga, etc. Al tener y sentir estas diferentes emociones, nuestro cerebro genera una respuesta automática de preservación o de riesgo y según nuestros sentimientos con respecto a esos estímulos cerebrales es que elaboramos una decisión considerando las diferentes opciones que nos harán SENTIR seguros y protegidos. Así que, aunque creamos que somos seres netamente racionales, lo único que estamos haciendo es tomar decisiones considerando que nos hace sentir bien o mal, que opciones son viable o no para nuestra vida.
¿Cómo tomar decisiones buenas o malas?
Cada opción que tenemos en la vida tiene dos caminos uno que nos beneficiara y otro que no, para aprender a tomar decisiones y enfrentarnos a sus consecuencias es necesario analizarlas y pensar en todos los riesgos que puede acarrear cada una.
- Una de las estrategias más importantes es acudir a nuestra memoria, es decir a nuestro pasado, allí encontraremos mucha información, ya que nuestros antiguos errores o malas decisiones nos dejan un aprendizaje o moraleja, la cual nos enseña y nos deja instaurado en nuestra mente que no debemos hacer con respecto a una situación particular para no salir lastimado.
- Tomar ejemplo de la vida de otros, puede sonar un poco egoísta, pero a veces el ejemplo de nuestros padres, amigos o personas que viven a nuestro alrededor nos ayuda a ver y entender que opciones necesitamos en nuestra vida, escuchar consejos y ver la vida de otros puede ser un aliciente y una alarma sobre cómo debemos manejar nuestra vida y nuestras decisiones
- Ten confianza en ti mismo, en tu intuición, en tu vida y en tus emociones, nadie mejor que tu sabrá que es lo que se debe hacer y que no, ten determinación y elige lo que consideras te hace bien, evalúa tu vida y tu situación, no te dejes llevar por impulsos, se consiente de tus opciones y después decide con firmeza, solo así lograras llevar la vida que tanto deseas tener.
El tumbo de la vida está marcado todo el tiempo por las decisiones que se toman a diario y de manera constante, enfréntate a ellas, manéjalas y vive, solo así tendrás la posibilidad de ser lo que quieres y de alcanzar cada objetivo que te propones en la vida.