¿Por qué nos adaptamos a la infelicidad?

Quedarnos en un lugar seguro pero infelices es una de las principales características de la mayoría de las personas, la estabilidad, el conformismo y el temor a enfrentar la realidad nos llevan a quedarnos en una zona de confort que poco a poco ira opacando nuestro ser, nuestros sueños y nuestra vida. El estar en un lugar, trabajo o con una pareja que no llena nuestras expectativas, que no nos ayuda a crecer y a volar, lo único que causa es sentir represión e intranquilidad.

Cuando la gente acude a consultas con psicólogos siempre manifiestan sentirse infelices o poco conformes con una situación particular, lo lógico y el principal consejo que se les da es alejarse de esa situación que los incomoda y no los deja vivir, pero es tanta la costumbre y el mecanismo de adaptación a las circunstancias que tiene el ser humano, que alejarse del dolor se vuelve una tarea imposible de lograr, el ser humano es una animal de costumbre y una vez acoplado a cierto ritmo de vida, sacarlo de ahí así él lo quiera, y lo necesite es la labor más complicada para un especialista.

¿Por qué nos adaptamos a la infelicidad?

Porque es lo fácil, lo seguro, porque nos da miedo no saber que hacer, no tener claro cuál será el siguiente paso que vamos a dar, porque a veces preferimos lo poco pero seguro, que enfrentarnos a un futuro donde nada está dicho, donde nada se da por hecho, donde todo es incertidumbre pero que nos puede hacer felices.

El no tener claro si la felicidad estará al otro lado del camino, nos obliga a seguir caminando entre abismos, la seguridad y el conformismo garantizan la supervivencia, el riesgo implica aventura, miedos e incertidumbres, por eso es que como seres humanos nos adaptamos a lo que sabemos y conocemos pero que nos hace infelices, por miedo a ver más allá de lo que conocemos. La adaptación no va de la mano con la felicidad.

En las relaciones de pareja

Las personas siguen en una relación de pareja mediocre, que no les aporta nada para la vida y las hace infelices, pero por miedo a no tener nada seguro, a la soledad, al que dirán y al cambio se quedan allí estancados junto a alguien que nunca los hará felices y obligándose a vivir una historia que no es nada parecida al amor.

En las relaciones familiares

El hecho de ser familia y tener un vínculo genético con alguien no significa que esa persona no haga felices, hay familiares como padres, hermanos, etc., que son tóxicos para nuestra vida, hacernos a un lado de ellos es una clave para encontrar tranquilidad y paz interior.

En la vida laboral

Conformarse a un trabajo, un cargo y un salario “porque es lo seguro” no te hará feliz, ni millonario y mucho menos te ayudara a cumplir tus sueños, eso se nos olvida a veces porque empezamos a trabajar, que queremos hacer y cumplir, si no te hace feliz déjalo ir, cambia y arriésgate a vivir la vida que siempre deseaste vivir.

Estamos hechos para sobrevivir a los cambios y sacar provecho de ellos, estamos hechos para ser felices y para tomar las decisiones que creamos convenientes para nuestra vida, necesitamos liberarnos y aprender que la vida no tiene porque doler. Huye de la gente que te tira mala onda, no importa quien sea, aléjate, es una forma de salvarte.